"REFLEJOS"

para ti, por ser tan igual a mi...

Él mirándose en todos los reflejos,
espejos que describen una complicidad.
Le devuelven una bonita y sin par panorámica.
Él se va reflejando, con sonrisa incluida
en un mundo que ahora parece sonreirle,
donde hay muchos colores,
y días luminosos.
Alguien le da su mano. Es la felicidad.

Pocas veces el reflejo de una buena compañía.
Ha aprendido a mirarse, a ver la soledad
siempre muy cerca suyo, rondando sus oídos,
silbándole una nana,
un canto de esperanza
de un verde convincente
que hoy se hace realidad.

Él mirándose en todos los espejos,
cristaleras de fiesta por su nueva verdad.
Se asoma a las vidrieras
sólo para alegrar
sus ojos y sus horas
contemplando el regalo que ahora, a su costado,
perfuma las aceras de la ciudad Condal.

Lo que no sabe él, ya que el amor le ciega,
es que en el lienzo que hoy ve en cualquier cristal
es su propio reflejo
con la cara bordada del príncipe soñado
que de tanto pensarlo
llegó para secuestrarlo
y hacer de su opereta
una copla que llegue profunda por sus venas
y limpien los cristales de su gran ventanal.

No son más que el reflejo del uno en tez del otro.
Con la misma potencia comparten la experiencia,
con gran delicadeza,
con algo de destreza
se miran,
se sonríen
y se hace el cristal.
Cristal donde se miran,
reflejando el deseo.
Con sonrisa incluida y ante cualquier espejo
como dos tortolitos se vuelven a mirar.
Contemplan el paisaje, turistas de la vida,
y atados de las manos
con besos de cristal
se encuentran
y se blindan,
se van sintiendo un par.


JAVIER BRAVO
barcelona, 25 de abril de 2009