para Vicente.
Dibujé palabras tan bellas en mi mente
que de tanta belleza
yo nunca imaginé
en mis oídos tenerlas como agua que corre.
Tuve que conformarme, y me tergiversé.
Luego apareces tú, “soplidito” de viento,
y te aferras al sueño que había por cumplir.
Entonces agradezco al ave que te trajo,
o quizás al avión que atrrizó en mi voz,
por esta parrafada de vida que se anima,
que va haciendo de ti respiración asistida
y te coloca hoy, como si fueras agua,
en aquellas metáforas que m inventé en tu honor.
JAVIER BRAVO
barcelona, 5 de marzo de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario