"L" (lío)

No te entretengas con tonterías, que las hay, que el tiempo
corre muy de prisa... Estás aquí para ser feliz.


Ven sube a mi nube.
Yo te estaré esperando
flotando, gozando
el éxtasis de estar aquí.
Fangoria.


para Vicente.


Iba con la mirada perdida y fatigada
hasta que tú, oportuno, te clavaste en mi mirada.
Y me metí en un lío con apenas pensarte,
alojarte en los cuartuchos de mi mente,
condecorarme yo
y mal acostumbrarte.
Hoy me veo en el lío de tenerte
que regalar un poema cada noche.
Preposiciones secas seducen los adverbios,
mis verbos más livianos flirtean con los perversos
líándose la manta a la cabeza.
Travesuras del alma,
nuevo vocabulario que me vuelve confeso.
Me metí en el lío de acabarte un bolero
y ahora mismo no se cómo y cuándo culmina,
ni es mi intención saberlo.
Mas yo quiero acabar líándome a tus patas:
tus fornidos gemelos,
las patas de tu cama.
De tanto que me lío me puedo asegurar
que esta ligazón, que ha sido repentina
es el embauque perfecto que yo siempre he querido
para acunar mis sueños como nanas despiertas.
Con cortas palabras, lacónicas baladas,
que en mi oído son chillout y techno progresivo
se me lía mi lío,
rico monocultivo,
me lleno de contento,
pasas a ser motivo.
Nos retro alimentamos y lidiamos por dentro,
se van encadenando todos los sentimientos:
lagrimas que son risas, risas como destellos,
sueños que se despiertan,
despertar en mis ganas
y algún que otro berrido.
Ensamblaje que funde mi ilusión y el deseo.
Un lío que no es lío
porque me río
y me lleno de brío
olvidando el estío.
En medio del huracán me pellizco, me pego,
para ver si es real el lío que me tengo
donde tu me regalas la luna sin misterios
cuando duermo arropado por tu voz, sin tu cuerpo.
Por liarme contigo mil locuras se asoman.
Me apresuro, dispuesto, a no parecer cuerdo.
Soy capaz de desatar cuanto lío se asome
por estar bien cerquita de tu risa que anhelo.
Más me chifla este enredo de colarte en mis versos,
de dejarme sin norte,
de mojarme los días con todo tu aguacero.

Y me has liado bien...
Siempre nos quedará el Sur para perdernos.






JAVIER BRAVO
barcelona, 11 de marzo de 2009