lunes, 9 de febrero de 2009

"EL GRITO"


Este cuerpo desnudo
escandalosamente eufórico
pasa por una serie de catastróficas alteraciones.
El habla se me anula,
silencio en mi frenillo,
se me rasga la voz
con gritos que este cuerpo escupe silencioso
convirtiendo mi ser en un murmullo atroz.

Crisálida que (en crisis) quiere expandir sus penas.
Urge metamorfosis en su paz interior.

Grito porque mi cielo se está contaminando,
porque hemos olvidado a valorar el amor,
por los miedos que siguen colándose en mis versos.
No distingo los días de lo iguales que son.
Grito a cuatro voces, también a cuatro patas,
y echo al aire, muy denso, el humo del dolor.
Un chillido anti estrés con la cabeza alta
por ir sumando deudas para mi corazón.
Grito porque la vida hoy me ha vuelto ruidoso.
Ya no me quedan vírgenes signos de exclamación.
Porque tarda en llegar el hombre de mis sueños,
porque a veces la vida me mira con dolor,
y un miembro siempre despierto, bandera de victorias
que ya comienza a hartarse de tanto revolcón.

Más si escuchas mi furia es porque te estremeces,
no te puedes callar y tu lengua es ardor.
Conozco muy de cerca el ritmo de tus venas.
Se que en este momento te estalla el interior.

Mi cabeza es un dueto de emociones y adverbios.
El cuerpo: excitado silencio, curioso tertuliano,
cuplé que corta el aire, singular rock and roll.
Mi pene: un buen alivio de gran temperamento
que se une lentamente al coro de mi voz.

Todo yo soy un grito silenciado en el tiempo.

Espero que el volumen con que lanzo mi furia
llamadita de auxilio, saeta bien cantada,
te hagan más solidario
y a mi tu receptor.
Un abrazo me vale, un susurro alterado,
una sonrisa cierta, me vale una canción.
Agarrotados músculos dialogando en sus gritos.
Grito porque me arreglen la insonorización.


Este es mi ese o ese de altos decibelios
que ahora hago plural
y también hago escrito
en forma de genio incontenido,
gruñido casi orgánico que se cuela en mi andar.
Soy parte de esta crisis...
Hablo bien alto y claro.
Ya no se platicar.

Grito en braile y me rompo porque no tengo gritos.
Todo esto comenzó al dejar de soñar.



JAVIER BRAVO
barcelona, 24 de enero de 2007

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