Las luces aturdidas.
El aire mal, turbado.
Necesaria escapada
lejos de la ciudad.
Carretera en la mente
paredes ibicencas
tumbonas que te acogen,
olor a soledad.
Un jardín afrutado,
las risas de María,
silencio en los silencios,
miradas parlanchinas,
en la piscina ardiendo
labios para jugar.
Un chalé en las afueras
sin ruido ni ascensores
es sólo lo que quiero
para mi bienestar.
Y tú, en la mirilla,
fisgoneando mi adentro,
dispuesto y decidido
a habitarme la paz.
JAVIER BRAVO
Valencia, 10 de julio de 2009
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