viernes, 25 de diciembre de 2009

"TENGO ALAS"



para ti, pequeño.



Puedo planear si yo me lo propongo,
si me encuentro de acero mi columna y mi paz.
Puedo volar si el tiempo no acompaña,
y si logro engañar a mi velocidad.

Puedo volar si hay un buen combustible
llenando la despensa,
si fue un buen traficante aquel que la llenó.

Puedo volar si al presionar mis ojos
casi inhalo un deseo
y en un par de segundos
voy deseando en él.

Puedo volar “okupando” tormentas,
cielos no estrellados y no estrellarme en ellos,
en contra de una ráfaga,
a favor de una lágrima,
hacia el norte más sur
sin desaparecer.

Murciélago y avión,
insecto precavido,
crisálida que fui y ala delta que soy.
Extremidades ágiles
mis alas de papel,
cartílagos anudados a mi imaginación.

Pegaso cuando invento una rima que cura,
y cuando te deseo: una nave espacial.
Tengo alas y quiero llegar donde tú anidas
y por más que lo intento no consigo volar.






JAVIER BRAVO.
Barcelona, 1 de noviembre de 2009

"¿FUN FUN FUN?" (mi villancico)


a mi familia.

Oh blanca Navidad, nieve,
un sueño blanco y un cantar
que a veces se me torna melancólico
por el espacio en blanco de mi diestra,
olores del pasado que empiezan a faltar.
Alrededor pastores que parecen felices
y, turbado, tonteo con la felicidad.
Deseos por campanadas,
uva, cava y misterio
cuando sólo preciso la cuna que me amaba,
el portal de Belén que mi nacer vivió.
Duele la lejanía cuando la nieve es fría,
y sin esta alegría
ni zambombas ni rimas
van a hacer calentar este diciembre helado,
marimorena triste que me raja la piel.
Pero es momento ahora de guirnaldas y fiesta
y su brillo esta noche no quiero flagelar.
Me rindo a ser feliz esta noche de paz,
en la distancia amar esas noches de amor
con peces en el río que vuelven a beber.
Y enseñarle mis dientes a la estrella del alba
que escondida se guarda mi deseo mayor.

Esta canción sentida que yo me remendé
en esta eterna tarde yo me la olvidaré
(campana sobre campana)
e intentaré vivir esta euforia que acosa,
corazón de turrón que amarga al decir no.
Con el alma en mi patria,
seis horas de retraso,
sonreiré a estos días como si este pesebre
estuviera bien lleno y reinara la paz.
Embriagaré mis penas, haré una transferencia
que esta noche es Noche Buena
y mañana Navidad.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 23 de diciembre de 2009

"LEYENDA DEL LAGO DE LOS CISNES"


“Serás como una luz que alumbra mi camino.
Me voy pero te juro que mañana volveré.”
Nino Bravo.



Ella nunca dejó de perseguirle.
Desde pequeña sentía cierta atracción hacia Él. Fijación que la llevaba a espiar cada movimiento y enamorarse de cada aleteo que el viento regalaba a las alas del semejante espécimen. Él ya podía alzar el vuelo y volar alto, a diferencia de Ella que apenas era una cría y muchas veces se tenía que quedar en la otra esquina viendo como su platónico amor se iba cabalgando y desnudando el viento. Aventurero. Sana envidia. Eran momentos tristes en que bajando su cabeza descubría que el lago donde chapoteaba no era más que lágrimas, vertidas por Ella pensándolo a Él. Pasión no correspondida que le ataba a su costa sin poder seguirle, sin poder abrazarle y gritarle, en forma de cascada, que desde que había salido del cascarón no hacía otra cosa que nadar detrás suyo. Toda su vida giraba en torno a Él sin que éste lo supiera. Alguna vez le cazó una mariposa como símbolo de su unidireccional lealtad, pero nunca se la dio. A hurtadillas se había enamorado, y fue el miedo al rechazo quién nunca le dejó navegar en la dirección certera. Nadaba en círculos..
Un día Ella, llena de valor, decidió cansarse de ser invisible. Y a diferencia de lo que haría un ser humano, no fue a pedirle un “hola”. Prefería con un “mutis por el foro” exiliarse en otro charco antes de seguir conviviendo juntos. Él nunca la encontraba, la veía transparente por más que Ella intentara hacerse visible con nuevos bailes, cascadas de agua incluida e inmersiones sorpresas. No la veía. Había decidido desaparecer y quitarse así la agonía de un día tras otro con el amor delante de sus ojos y ante sus ojos viviendo un desamor.
Renunciaba así a su fantasía.
Quería invernar y vivir así su propia realidad.
Y el tiempo se coló entre manglares y tormentas, y en la misma masa de agua dulce donde empezó su amor (que ya no era la misma) apareció Ella convertida en un bello y estilizado cisne, alegre y segura, nadando en libertad. Conservaba aquella tristeza en la mirada. Ella tampoco era la misma, por eso nadie le reconoció y, aprovechándose de eso nadó a sus anchas, recordando en un sonriente silencio el amor del pasado que en la costa danzaba cuando sus alas no eran aun fuertes y doradas. En el fondo deseaba zambullirse, hacerse invisible. y en un momento, al salir del lago encontrarse, juguetón, con el pico de él.
Desde sus primeros pasos de ave le habían inculcado el creer en sus sueños, y una vez más creyó.
A su lado, otro cisne, varón, de plumaje maduro y cobrizo hizo su entrada por un lateral con un espectacular “chassé”. La invitó a a danzar a lo que Ella accedió. La curva de sus cuellos no era normal. Magistral técnica. Y en el lago su danza se convirtió en ola y surfearon en un duelo lleno de tensión a la par que bello, flexible, coordinado. Era un baile magnífico, lleno de mundos interiores que se buscaban sin perderse de vista. Fue tras un “pax de deux” que Ella le descubrió a Él. Al acercarse a su larguirucho y sudado pescuezo reconoció el olor de aquellas mañanas en que lo veía partir detrás de unas espigas, espigada.
Bailaron hasta el amanecer, en puntas, entregados, saldando así una deuda de tantos años. Confabulados.
Cuando el sol se preparaba para avivar el día, Ella, decidida y enajenada, con un plumaje coloreado por los primeros colores de la mañana y salpicado con gotas de rocío, pegó su pico al de Él y así estuvieron varios minutos. Era un beso mojado por otra de sus lágrimas que se asomaban a su cara para decirle hasta luego a lo que más amaba.
Un chillido doloroso se apoderó de Él, y puede que de Ella también, aunque en silencio.
Debía partir a conocer el mundo, que le esperaba, esos grandes bloques de cemento que se veían a lo lejos, ese olor a polución, quiénes eran esas personitas que venían cada tarde a tirarle monedas y trozos de pan. Con los años la curiosidad había vencido el amor, y éste era su momento para alzar el vuelo y mostrarle al viento sus nuevas alas fornidas, y doradas.
Él prometió esperarla pero Ella no lo oyó. Alzaba el vuelo.
Quiso ir detrás suya. Ella no le dejó.
Y se quedó en su lago bailándole el agua, queriendo olvidarla y ahogado en un vals.





Moraleja: Y si miras abajo puede que haya un lago
mas si miras al cielo puede que halles un mar.


Se recomienda releer este relato acompañado por alguna melodía de Tchaikovsky.







JAVIER BRAVO
Barcelona, 15 de diciembre de 2009

"TENGO GANAS 4" (de ser rojo pasión)




para Vicente. Rojo fuego.



Tengo ganas de ganar el color que me falta,
quitarme la epidermis,
las espinas que arrastro
y de sangría y anhelos
edificar un cielo
que sangre cuando, en negro, me obstaculizo el sol.

Ganas de colocarte en mi nuevo apartamento,
inaugurar esquinas,
marcar el territorio,
llenarlo de acuarelas,
pintar un corazón.
Enseñarte una hoguera que guardo bajo llave
y frotarnos las manos
frotándonos los dos.

De robarte a la fuerza un beso mañanero,
no etiquetar horarios para nuestra función,
de atarme a lo vivido
y nunca atolondrarme,
buscarte las comillas y las zonas erógenas,
sacarte los colores las veinticuatro horas
y tener veinticinco para la exploración.

Tengo ganas de hacer lineal esta epopeya,
de no dejar marcharte cada vez que tú vuelves
de olvidar las maletas,
estaciones y buses,
comer el mundo juntos sin billete de vuelta,
de tener siempre ganas,
de no pedir perdón.

Tengo ganas, frondosas, de cultivar pegados
un jardín encantado
(el tiempo que ha volado)
con orquídeas bien rectas y nomeolvides tiernos
más algún tallo áspero de los que dan vigor.
Llenarlo de mil larvas y de sábados rosas,
y sin intermediarios
sesgando los reproches
estrenar alas fucsias,
desplegar el amor.

Que me llegues con ansia hasta mi rosa palo
y reviva en mi cola
el caliente deseo
de vivir nuevos tonos,
de no aparecer negro
(más bien policromático),
que el fuego de mi dermis
sea rojo pasión.

Tengo ganas...


JAVIER BRAVO.
Barcelona, 21 de noviembre de 2009

"PLENILUNIO"


Luna llena que estás en los cielos
santificando el peso de tu nombre.

Te veo y te imagino calentita y malvada
buscando novio nuevo,
cara de no dormir,
escondiéndote al sol de cada día nuestro
que desde la otra esquina
intenta enamorarme,
que me olvide de ti.
Mi luna embarazada de esta alegría rota
con la que noche y día me he antojado vivir
liberando mis males,
construyendo oraciones con verbo y predicado
sujetas a ese Dios bien parecido a mi.
Tú, tan cascabelera,
de blanca cabellera,
chismosilla adorable con dientes de marfil
pupila que ilumina robando mi atención
con mirada que llama,
llenando madrugadas,
haces que este noviembre embarque una quimera,
que llegue al aforo de tu circunferencia
con este rascacielos
que construyo con versos
una vez que esta noche quedé prendado a ti.
Y he caído en la tentación.

Hoy te he visto tan bella,
mi luna pasajera,
(anillo de pedida bordeando tu “tipín”)
que he lanzado un aullido
detrás de un buen suspiro,
conjugué un buen conjuro
me recite este credo,
me arranqué tres deseos,
y esperando tu amén
de pronto te perdí.



JAVIER BRAVO.
Barcelona, 2 de noviembre de 2009

"H" (hechos)


para Vicente.


Iré ya a por los actos. Te privaré de versos.
Echo abajo mis naipes, castillos de papel.
Plantando cara a cara a promesas vetustas
realizaré mis sueños que se hartan de crecer.

Y cuando ya esté amándote sin andamios de verbos
todo será más lúcido y me hincharé de fe.
Andando, el movimiento, derrotará a la espera.
Iré a por esas frases que hoy quiero detener.

Pondré fechas y ganas a mis ganas sin fechas.
A mis ganas confesas les he hecho un timonel.
Construiré un castillo de mi mudez, con hechos
y hecho todo verdad te enseñaré los pies.

Para andar bien descalzos por lo que nos espera,
para con nuevas metas tropezar sin querer.



JAVIER BRAVO
Barcelona, 4 de diciembre e 2009

martes, 15 de diciembre de 2009

"EL SONETO DE ANACLETO"


Muchas veces se cuestionó Anacleto
porqué nunca encontraba un buen amor,
y fue esa duda ligada a un gran pavor
quien le situó de frente a su soneto.

Dicha cuestión estaba en su careto,
cuerpo esculpido capaz de encadenar
guerras húmedas con sólo parpadear.
A nadie le importaba su panfleto.

Bien rodeado de elogios el sujeto
lleno de vítores, falto de pasión,
sólo quería un rehén para su invierno.

Sabía que quién abriera su pantalón
se iba a encontrar caliente, algo tierno
con el mayor secreto de Anacleto.




JAVIER BRAVO.
Barcelona, 14 de diciembre de 2009